Si quieres mantenerte activo, saludable y quizás perder peso, sabes que tienes que hacer algún tipo de ejercicio a diario. Entonces ya conoces de sobra la teoría, pero es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad?
Probablemente tengas una agenda super completa con muchas obligaciones y muy pocas ideas sobre cómo encajar este ejercicio en ella. Seguro que alguna vez has intentado hacer ejercicio regularmente y siempre termina al final de tu lista de prioridades hasta que desaparece por completo. Pero que sepas que hay millones de personas ocupadas que finalmente han encontrado una forma de hacer ejercicio todos los días a pesar de sus apretadas agendas, te aseguro que, si realmente quieres, ¡tú también puedes!
Sigue estos pasos y antes de que te des cuenta, estarás ejercitándote todos los días.
1. Desarrolla la actitud correcta. La mente puede no ser un músculo, pero es increíblemente fuerte y puede marcar la diferencia entre tener éxito y fallar en tu objetivo. No comiences a hacer ejercicio porque crees que deberías o porque otros lo hacen. Convéncete de los aspectos físicos, emocionales y mentales de por qué el acondicionamiento físico es tan importante. Luego decide qué significa para ti. ¿Estás comenzando un programa de acondicionamiento físico porque quieres perder peso? ¿O tienes otra motivación, como prepararte para un maratón? Tener objetivos claros puede ayudarte a medir tu progreso. Haz una lista de por qué quieres estar en forma y cuélgalo donde puedas verlo. Estar en forma es una maratón, no un sprint, y requiere hacer cambios en tu estilo de vida.
2. Diseña tu plan de ejercicio. Es fácil decir que vas a hacer ejercicio todos los días. Pero necesitarás un plan. Encontrar tiempo para hacerlo puede suponer un desafío. Para hacerlo más fácil, busca un hueco como lo harías con cualquier otro compromiso. Siéntate y piensa realmente en tu ruti9na diaria. ¿Cuándo tienes un rato libre, a lo largo del día? ¿Puedes levantarte un poco más temprano por las mañanas? ¿Puedes hacer algo después de que los niños se vayan a la cama? ¿Puedes tomar 30 minutos en tu pausa para el almuerzo? Un adulto debería hacer al menos 150 minutos de actividad aeróbica de intensidad moderada, o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa y dos o más días de entrenamiento de fuerza., a la semana.
3. Evalúa tu nivel de condición física. Probablemente ya tengas una idea de cuán en forma estás. Pero sabiendo tu condición física actual tendrías un punto de referencia a partir del cual medir tu progreso. Para evaluar tu condición física aeróbica y muscular, flexibilidad y composición corporal, Ten en cuenta:
- Tu pulso antes y después de caminar 2 kilómetros.
- Cuánto tiempo tardas en caminar 2 kilómetros.
- Cuántas flexiones seguidas puedes hacer.
- Cuánto puedes flexionarte hacia adelante mientras estás sentado con las piernas extendidas.
- La circunferencia de tu cintura medida alrededor del abdomen desnudo justo encima de la cadera.
- Tu índice de masa corporal.
4. Arrastra a alguien más en la aventura de ponerse en forma. Es mucho más fácil alcanzar tus metas cuando tienes a alguien con quien compartir el dolor y los logros. Crea un cronograma al que podáis comprometeros los dos y cumplelo.
5. Incorpora a tu rutina diaria más ejercicio físico.
¡Es muy facil! Aquí te damos algunos ejemplos:
- Mira tu programa favorito mientras caminas en la cinta.
- Lee mientras pedaleas en la bicicleta estática.
- Elige el metro o la bicicleta en lugar de conducir.
- Cuando vayas de compras o al cine aparca al final del parking en lugar de buscar el sitio más cerca de la puerta de entrada.
- Pasea al perro con más frecuencia.
- Limpia tu casa vigorosamente. Te sorprenderías de lo físicamente exigente que es el trabajo doméstico: quitar el polvo, limpiar sus baños, fregar los platos, cortar el césped, arrancar las malezas y limpiar el garaje definitivamente son un gran entrenamiento.
6. Incluye diferentes actividades. Se creativo y no te aburrirás. Tal vez tu rutina de ejercicios incluye diversas actividades, como caminar, andar en bicicleta o nadar. Pero no te detengas allí. Una caminata de fin de semana con la familia o una tarde bailando podría ser muy divertido. Alterna entre las actividades enfocadas en diferentes partes del cuerpo, como caminar, nadar, pesas…
7. Empieza poco a poco y ve aumentando la intensidad gradualmente. Tómate tu tiempo para calentar y ve relajando después con una suave caminata y estirando suavemente. A continuación, acelera a un ritmo que puedas mantener de cinco a 10 minutos sin agotarte. A medida que mejoras tu resistencia, aumenta gradualmente la cantidad de tiempo de ejercicio. Trata de llegar a hacer 30 a 60 minutos de ejercicio la mayoría de los días de la semana.
8. Monitoriza tus progresos y celebra cada pequeño logro. Sería una buena idea comenzar un diario para que puedas realizar un seguimiento de cuándo haces ejercicio, qué haces y durante cuánto tiempo. También puedes registrar lo que comes cada día. Quizás si tienes que anotar lo que has comido, te apetezca menos la merienda o busques una merienda más ligera. Vuelva a realizar tu evaluación personal de estado físico al cabo de 6 semanas y luego nuevamente cada tres a seis meses. Puede que notes que necesitas aumentar la cantidad de tiempo de entreno para continuar mejorando. O puede que te sorprenda gratamente descubrir que estás ejercitando la cantidad justa para cumplir tus objetivos de fitness.
9. Dale a tu cuerpo el combustible que necesita. A medida que te vuelves más activo, necesitarás más comida, pero no solo comida: necesitas alimentos saludables y cargados de energía. Aprende cómo comer saludablemente y beber más agua.
10. Vuelve al paso 1. Si finalmente fracasas en el intento de cambiar a una vida más activa no desperdicies un solo aliento compadeciéndote o convirtiéndote en una excusa para dejarlo. No pienses que solo porque tienes un traspié hay que darse por vencido. No te desanimes si dejas de perder peso o de ganar músculo; recuerda que, en general, estás yendo hacia adelante y encaminado y eso definitivamente es algo de lo que estar orgulloso. ¡No te des por vencido nunca! Reinicia y comienza de nuevo. Libérate de cualquier negatividad y sentimiento de culpa y analiza qué salió mal. ¿Podrías mover tus entrenamientos a otro horario? ¿Podrías dejar de lado la obligación de hacer de tu entrenamiento una prioridad? ¿Necesitas una mejor motivación? Establece nuevos objetivos o prueba una nueva actividad. Hacer ejercicio con un amigo o ir a clase en un gimnasio también puede ayudar.
Comenzar un plan de ejercicios es una decisión importante. Pero no tiene por qué ser algo abrumador. Si lo planificas cuidadosamente puedes establecer un hábito saludable para toda la vida. ¡Buena suerte!
Para poner en marcha un plan de ejercicios y aprender las herramientas para cumplirlo, un programa de deporte podría ser lo que necesitas https://www.escapadasspa.com/es/categorias/theme/fitness/